En caso de fallecimiento, nuestro seguro cubre la repatriación de los restos mortales hasta el lugar de residencia o el deseado.
Lo más habitual es repatriar el cuerpo en avión, en cuyo caso, el cuerpo tiene que ser embalsamado.
El cuerpo puede trasladarse de dos maneras:
En féretro:
En caso de querer mantener el cuerpo para el entierro, éste deberá ser embalsamado y transportado en un féretro especial por motivos de salud, ya que, debido a la descomposición, puede ser un foco de infecciones.
El féretro especial de traslado está formado por dos cajas. Una exterior de aspecto parecido a la de los féretros de madera pero más espesa. Y una interior construida con láminas de plomo o zinc para evitar fugas.
Incinerado:
En caso de optar por la incineración antes de la repatriación, no sería necesario ningún tratamiento extra a la urna además del del sellado habitual.
En este caso, habría que declarar las cenizas en aduanas durante el traslado.
Rellene sus datos y nos pondremos en contacto con usted para darle información y asesorarle sobre el seguro que más se ajusta a sus necesidades